Panorámica en el Mirador de las NiñasRuta mtb El Reventón a Trassierra
 

Del Reventón a Trassierra (45 km)

Domingo 10 de junio de 2012

Los dos en el Bejarano

Tocho, miembro destacado del equipo de mtb “Los Sin-prisa”, hermano menor del tito, para más señas, capitanea la expedición en este día de ruta ciclista por nuestra sierra.
A las 8 h. en Aqua, estuvieron formalmente Chico y el tito, saliendo del Campo de la Verdad, a más de 4 kms. para tomar café. Tocho demoró su presencia unos minutos.
Juntos ascienden el Brillante por el curioso túnel natural de La Arruzafa, llegando hasta los límites del campo, donde tomamos unas fotos para demarcar claramente el punto de partida.
Aunque son casi las 9 h. y llevamos ya más de 7 km.
Pero ahora empieza lo bueno. En fila india seguimos al Tocho por los escarpados caminos que conectan con la Cuesta del Reventón. Despacio, inevitablemente despacio. Hasta la parte superior de la carretera, el último asfalto. Terreno conocido por nuestra ruta urbana que trascurre por aquellos altos.

Tras el primer gran esfuerzo coronamos a la temible tierra del Reventón. Pero la bici del Tocho está mal, el castigo sufrido en la ruta del pasado domingo ha dejado una peligrosa holgura en su rueda trasera. Tras algunos trasteos infructuosos el hermanito se da lamentablemente la vuelta a casa en los primeros metros de la afamada cuesta. Chico, que consiguió subir algunos metros más, reaparece para reiniciar el ascenso con su pareja habitual, sin el amparo del experimentado Tocho. Lo sentimos, esto es parte del juego, como alguna otra cosa que nos esperaba.
La subida fue tremenda, algunos ya la conoceréis de bajarla o subirla andando, pero en bici son palabras mayores. Aunque es sorprendente la cantidad de ciclistas que ascienden cualquier domingo. Pero montados, Chico la subía por primera vez y el tito la segunda. Así que aunque tratamos de esforzarnos al máximo, fueron numerosas veces las que echamos el pie al suelo, y dudo yo de que haya alguno que no lo haga un par de veces al menos en toda su extensión.
Inmortalizamos nuestra presencia a mitad de la subida y conseguimos terminar sin ningún percance. Al salir al asfalto no continuamos a la derecha hacia las Ermitas, sino hacia la izquierda unos 500 mts. abriendo una valla en el carril derecho.
Aquella puerta nos da entrada a una estrecha e irregular senda que conecta con el final de las Siete Fincas, muy próximos al arroyo del Bejarano. Esa escondida vereda habrá que incluirla en nuestro repertorio de senderismo, pues supone una variante muy interesante entre la vereda de las Ermitas y la subida por el pinar de Torrehoria. En el Bejarano sacamos la instantánea digital y continuamos por el conocido sendero a Trassierra, donde llegamos cansados pero contentos de haber atravesado lo más duro de nuestra ruta.
Allí en la plaza paramos para tomar una pieza de fruta y descansar unos minutos, antes de decidir el camino más largo de vuelta, la vereda del GR-48 que continúa hasta la mitad de la Canchuela. Por allí nos sorprenden pronto dos enormes toboganes, que andando no habíamos apreciado en su justa medida, pero tras el inicial miedo a lo desconocido emprendemos un largo camino. Tras empalmar con la Canchuela disfrutamos varios kilómetros de la llanura hasta que empieza a empinarse el tramo final, con el tito delante que conoce el terreno y con Chico sufriendo en silencio detrás. La llegada al conducto romano de la Alcovilla los pone a tiro de piedra del cruce con Los Almendros, en la zona del Hornillo, hasta salir por la izquierda al tan anhelado restaurante.
La foto de rigor y continuamos por la carretera hasta el Mirador de las Niñas, donde nos encontramos con algunos compañeros ciclistas, con los que nos fotografiamos. Tras ellos penetramos en la frondosa senda que por allí entra, con cuidado al principio cuesta abajo, deprisa después hasta la Casilla del Áire, donde se produce la siguiente dolorosa anécdota; una caída. Chico marchaba delante al llegar a la finca de los limoneros, pero continúa al frente para rodear la casa. El tito, que iba bebiendo con su pitorro puesto en la boca, le avisa de que no es ese el camino, sino el de la derecha, por una pequeña cuesta con piedras sueltas. Por allí frena el tito resbalando su flamante bici por las piedras y haciéndole caer. Aunque tratando de no llegar a caer al suelo, intenta equilibrarse sobre la bicicleta, con tan mala fortuna que rebota con fuerza sobre su propio sillín, golpeándose muy fuerte allí donde la espalda cambia de nombre. Con algún magullón en las piernas y el orgullo herido continúa inmediatamente tras su buen amigo hasta salir de aquel terreno, que ya acababa. Retomando la carretera de Trassierra hasta Córdoba por San Rafael de la Albaida. Largo y tortuoso camino con el culo como un bebedero de patos. A la llegada al barrio paramos el cronómetro en algo más de 45 kms., una pasada.
A descansar ahora unas semanas boca abajo con el coxis fisurado, según diagnóstico médico.
Qué le vamos a hacer. Las cosas de la bici. La próxima vez tendremos más cuidado. Está claro que no se puede perder la concentración con la bici.
En fin, ahora tendré más tiempo para leer y escribir.
Saludos a todos y no dejéis de hacer ejercicio.


¡Buen Caminoo!

Tocho y el tito, los hermanos unidos por las bicisChico por la Cuesta del ReventónChico en el ReventónEl tito en el ReventónChico en TrassierraChico en Los AlmendrosChico y el tito en el mirador de las NiñasAmigos ciclistasEl tito llegando a su calle
 
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