Carnet de senderista de VíctorEl carnet de Jose pequeñoRuta familiar
 

Ruta a Trassierra + Ruta Familiar (19 + 9 kms)

Ruta mixta el domingo 14 de octubre de 2012

Jose pequeño y Víctor

Ruta a Trassierra (19 kms)
Salida desde el Vial Norte a las 6 y media de la mañana para ir hasta Trassierra andando y deprisita, porque a las 10 h. nos esperan las dos familias en el primer bar de la más lejana de nuestras barriadas cordobesas para terminar todos juntos haciendo una estupenda ruta familiar recreativa como sólo Romerillo de la Sierra sabe preparar.
Iniciamos la marcha tito y sobrino por la carretera de Trassierra hacia la barriada de San Rafael de la Albaida para desviarnos a 500 mts. por el canal del Guadalmellato a la izquierda y tomar a oscuras el tedioso camino del Pony Club, por el que pasamos de noche importunados por el polvo del camino de algunos coches que no sé qué harían a esas intempestivas horas allí. Tras el primer tramo por la ciudad tuvimos allí que echar mano de las nuevas pilas, que como las zapatillas, hay que cambiarlas de vez en cuando, a pesar de los planes de austeridad. Pronto tendríamos que ponerlas seriamente a prueba pues esa subida por la vereda-arroyo de Trassiera resulta completamente impenetrable en su segundo tramo, cuando se desvía a la derecha y penetra en el curso del arroyo. Aunque seguía apenas sin agua me pareció aún más cerrada por las zarzas y matorrales que otras veces, pues llevará casi dos años sin desbrozar, y es que hasta aquí llegan los recortes.

Romerillo llevaba ya a esta altura una buena ventaja a su tío pues empinándose el camino no puede resistirlo y se fuga de tan grata compañía, aún sabiendo que al tito le da mucho susto meterse solo por allí de noche. Pues nada se tuvo que tragar a oscuras aquel quinario de peñuscos y zarzas en la más terrible soledad; al final acabará el tito haciéndose un hombre.
Al llegar arriba al cruce de la gasolinera Romerillo esperaba cabizbajo y convaleciente de un fuerte arañazo en la cabeza producido por los pinchos de aquellos zarzales por los que habíamos pasado, sangrando incluso; herida superficial pero dolorosa.
- ¡Castigo del Señor! Por haber dejado a tu tito solo.
En el cruce decidió no obstante Romerillo que sería poco camino para nosotros seguir por el mítico Bosque de Fangorn, pues llegaríamos demasiado pronto al punto de encuentro con las familias, así que, con la renuencia de su tío tomaron por la carretera camino de La Jarosa, para coger el cruce a Trassierra por el GR-48 -Gran Recorrido nacional nº 48- penetrando unos metros antes de llegar al conocido restaurante de Los Almendros.
Allí le dimos ya a la luz natural para no gastar más las pilas de las linternas, que no está la cosa para dispendios y nos adentramos en la vereda de la Canchuela por donde nos encontramos un gran rebaño de ganado vacuno y sus secuelas. De nuevo el pavor en los ojos del tito denotaban el sufrimiento de pasar entre tal cantidad de vacas marrones que, aunque mansas, tan juntas estaban y tantas había que cualquiera de ellas pudo avanzar hacia donde marchaba y tromparle con esos enormes cuernos. Que los cuernos son igual de duros y afilados los del ganado bravo que los del manso. Romerillo, sin inmutarse, quiso sacar la instantánea del momento, en lugar de una muleta, de un capote o de un rifle de repetición como debía haber sacado.
La laguna o piscifactoría se encuentra a poco más de 12,5 kms. de nuestra salida; pues allí nos plantamos antes de que dieran las 9 h. Desgraciadamente seguía tan seca como el otro día, una pena, a ver si empieza a llover un poco pues el campo lo agradece pronto, con las cuatro gotas que cayeron ha sido suficiente para que empiece a reverdecer la hierba por muchos sitios.
A mitad de la vereda de la Canchuela, media hora después, exactamente a los 15 kms. y medio recorridos llegamos al cruce para desviarnos hacia Trassierra por el famoso GR-48 que llega hasta el Muriano. Nos quedan aún 3,5 kms. y tan sólo media hora para la cita familiar; vamos de culo así que apretamos aún más, otra vuelta de tuerca como decía Henry James en el título de su novela. Y no es que fuéramos despacio precisamente, faltaban aún ocho minutos para llevar tres horas andando, a una media de 5,5 kms. por hora. Pues llegábamos tarde, qué le vamos a hacer, que desayunen unos churritos mientras, pero que dejen alguno para los más necesitados.
Aquel camino está poco frecuentado pero es muy bonito, lleno de arboleda y de matorrales. Yo lo recordaré siempre porque lo hicimos un día mi amigo Chico y yo con las bicis de montaña, pero al revés, que es por donde tiene dos repechos de aúpa. Y sobre todo lo recuerdo porque fue aquel mismo día cuando salí perjudicado ostensiblemente de esa parte mía donde la espalda cambia de nombre, ya saben, tres meses sin coger la bici.
(Véase: http://www.veredascordobesas.com/index.php?page=159)
Pues en esta ocasión sólo tuvimos que bajar por allí, muy despacio, pero con nuestras suelas mágicas y pasito corto no tuvimos dificultades para hacerlo.
A las 10 y cuarto estábamos en el “Meeting Point” de Santa María de Trassierra con nuestras familias, que ya esperaban allí. El tito desayunó sus imperdonables tostaditas y un cafelito con leche o un zumito para los demás, que ya venían comidos, Romerillo como se alimenta del aire que corre por esos magníficos parajes de la Sierra estaba también servido, así que cuando terminaron se pusieron en camino para iniciar una ruta familiar de unos 9 kms.

Ruta circular Familiar por los alrededores de Trassierra (9 kms)

Salimos por esa misma calle de la entrada del pueblo y nos adentramos por tierra desde el principio hasta las proximidades de los Baños de Popea, por una bajada hasta el arroyo mismo que deja las fuentes de Popea a la izquierda por un camino más estrecho y difícil de bajar que el que cogemos nosotros, que en realidad es todo recto sin girar en ningún momento hasta llegar abajo al río, donde continuamos por la derecha por el único hueco posible. Desde el bar hasta el cruce del camino de Los Baños de Popea que es donde empieza a cerrarse y ser más difícil hay un kilómetro y medio y desde allí hasta el río mismo 600 mts. de sendero más complicado en bajada.
Paramos en las grandes piedras que hay al borde del agua para hacernos unas fotos y continuamos por la parte más complicada de nuestra ruta. Entramos por una estrecha senda paralela al río entre los matorrales y los grandes árboles que mantienen sombreado aquel entorno semisalvaje. Tendremos que saltar por algún tronco caído y vadear el arroyo sobre las piedras, poniendo a prueba nuestro susodicho Goretex. Mi niño no tiene aún los seis años y pasó sin dificultades por todo el recorrido así que no os asustéis si aparentemente puede parecer excesivamente escarpado y sinuoso. Vamos a ver, requiere un pequeño esfuerzo y tener cuidado dónde se apoyan los pies, digamos que no es un paseíto por el Vial Norte, ni ganas, claro. Aunque siempre es conveniente usar un calzado lo más apropiado posible; pero con unas zapatillas con la suela rayada o con taquitos que se agarre un poco nos vale. Cualquier zapatilla de senderismo barata nos sirve para esto.

Si lleváis niños pequeños podéis jugar a los exploradores o a los piratas por allí, pues a los 600 mts encontraremos dos grandes grutas que son antiguas minas abandonadas, una debajo de la otra -la de arriba requiere subir un pequeño montículo con cuidado, pero es la más grande y espectacular y merece la pena-. También hay un pozo ancho y hondo al lado de la de abajo. Las minas se pueden recorrer al menos unos metros si os habéis llevado linterna. De todas formas aunque no tengáis linterna entrar dentro de las grutas y haceros fotos allí, el flash de la cámara obrará milagros.

Salimos de las minas a las 12 h. en punto. Desde ellas hasta la salida de esa especie de selva queda medio kilómetro nada más, un cuartito de hora. Y esa parte final es si cabe aún más esplendorosa, pues empieza a despejarse y nos permite ver el paraje con mayor extensión.
Al salir de la espesura llevamos 5 kms., allí encontraremos un gran cruce que tendremos que coger a la derecha hacia el arroyo del Bejarano que está a kilómetro y medio de esa esquina, pasando por debajo de un gran árbol que ha partido por la mitad un rayo, como símbolo del poder de la madre naturaleza.

Al llegar al entorno del Bejarano tenemos que salir por una puerta pequeña que hay en la cerca al fondo a la izquierda, salimos a un camino más ancho a la derecha, y unos metros adelante entramos por otra puerta a la izquierda que pone un letrero diciendo que hay ganado suelto dentro. Seguimos hacia adentro unos 20 ó 30 mts. Y allí encontraremos una bonita cascada de agua donde hacernos unas fotos y regar algunos arbustos que allí ha plantado algún grupo ecologista. Terminados de lo cual habrá que volver por la misma puerta de entrada y salir hacia la izquierda cruzando el pequeño arroyuelo por encima de unas piedras, buscando el camino hacia Córdoba. Al subir por el camino ancho ya hasta Trassierra encontraremos las ruinas de la antigua finca del Bejarano, un cortijo hundido al que una valla nos impide llegar.

Seguiremos esa valla girando a la derecha al atravesar por un paso canadiense*. Dejando el camino de enfrente hacia Córdoba.
*(Un paso canadiense es una estructura horizontal hecha en el suelo para que no pase el ganado, con un foso cubierto por unas barras paralelas de hierro o de madera separadas entre sí. Permite el paso de las personas pero no del ganado, que se queda parado porque se asusta al ver la profundidad del agujero que las barras dejan ver a medias).

Caminaremos por una ancha vereda llena de encinas y alcornoques que llega hasta el cruce del camino que va a Los Baños de Popea, para lo que resta algo más de kilómetro y medio sin ningún tipo de dificultad ya. Por allí, más relajados empezará a parecernos más largo el camino, pero estamos llegando y ha valido la pena.
Desde ese cruce al coche que dejamos en la esquina del bar hay un kilómetro nada más, que se pasará volando pensando en el maravilloso almuerzo que nos espera en casa, pues cualquier comida después de nuestra agradable ruta nos parecerá maravillosa.

A la llegada hacemos otras fotos a los niños para ponerlas en el prometido carnet de senderista que se han ganado; sellado y certificado por las Mágicas Veredas Cordobesas.

Una ruta completamente recomendable para uso familiar y de todo tipo.

Hasta la próxima.

¡Buen Camino!

Documentos adjuntos a esta publicación
Víctor sentado con cara de estar de los nerviosEn la puerta de las minasJose pequeño a la entrada de las minasEl tito y su hijo Víctor en la caverna del JurásicoLas señoras senderistas lentorrillasEl más guapo y bueno de los senderistas infantilesEn el árbol partido por el rayoLa chavala del tito a toda marchaVíctor histérico en el BejaranoRomerillo y su hijo Jose pequeñoLa familia del tito en el BejaranoLa familia de Romerillo en el BejaranoJose `pequeño` y Víctor juntos al final
 
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